Estos últimos días han sido todo un hervidero de nerviosismo entre los miembros de la OTAN por el posible repostaje de la flotilla rusa encabezada por el portaaviones Almirante Kuznetsov, que zarpó el 15 octubre del puerto de Severmorsk, en la Ciudad Española de Ceuta.
Algo normal hasta el momento y que solo tenia fines económicos beneficiosos para la Ciudad Norteafricana.
Esta flotilla la componen dicho portaaviones, el crucero de batalla de propulsión nuclearPiotr Veliki (Pedro el Grande), la fragata antisubmarina Severomorsk y otros cinco buques.
La presencia y repostaje de esta flotilla en la ciudad de Ceuta hubiese supuesto para las arcas de la Ciudad, aproximadamente 12 millones de euros entre combustible, material de almacenaje y consumo de la población militar estimada en unos 4.000 efectivos.
Debemos de recordar, que tanto Ceuta como Melilla fueron dejadas fuera de la cobertura militar de la OTAN por miedo a contrariar a Marruecos, socio estratégico en la zona y que mantiene intereses coloniales sobre estas dos ciudades españolas.
Ante esta situación, diversos juristas afirman que la negación de España a conceder el atraque de la flota rusa en Ceuta contraviene toda legalidad tanto Española como Internacional.
Todo indica que tanto el Gobierno Español, hasta ayer en funciones de Mariano Rajoy, como su Canciller de Defensa, el señor Morenés, hayan podido ceder a las presiones de Gran Bretaña que en boca de su ministro de Defensa británico, Michael Fallon, se declaró
“extremadamente preocupado de que algún país de la OTAN considere prestar asistencia a la flota rusa que puede acabar bombardeando a civiles en Siria”
Toda una ironía, ante la participación del Reino Unido en la I y II Guerra del Golfo (ante la ausencia de armas de destrucción masiva) o sus intervenciones recientes en Irak o Libia, todo ello por parte de todo un Canciller británico, que debería hacer al Gobierno Español replantearse tener de “aliado” a quién posee una Colonia en España, pese a los reiterados llamamientos de la ONU a descolonizar Gibraltar, por otro lado, base de operaciones militares al márgen de todo conocimiento español.
Hablar de legitimidad por parte de la OTAN o Reino Unido y de sus injerencias sobre el Reino de España con su apoyo hacia Gibraltar, quizás no es la mejor forma de ser aliado de nadie.
Ya son muchas y cada vez más, las voces que llaman al futuro Gobierno Español a replantearse sus apoyos en el ámbito militar.
Y es que con bases en España tanto Norteamericanas como de la OTAN, España debe no dejarse doblegar ante semejantes “recomendaciones” por no decir otra cosa.
Pero para eso en España hacen falta unos buenos pantalones.
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